Yo recuerdo que en Madrid era muy aficionado a la Formula 1, aquellos coches que van a velocidades alucinantemente endemoniadas, y que hace curvas a 100 km/h y parece que el coche ha parado del todo, me encantaban, o mejor dicho me encantan, las carreras en su máxima expresión, por dichas carreras en muchas ocasiones me he desvelado, en otras he llegado de una fiesta y lo primero que hacía era correr hacia el televisor, y ponerme a ver la carrera en directo, aunque solo una o dos, ahora mismo no recuerdo el número exacto de ocasiones en las que ponía en práctica esta depravación del sueño.
Y ahora me vengo a enterar que en Perú la F1 no esta tan arraigada como en España. Supongo que esto será culpa que no tengamos un piloto, ni tan si quiera la infraestructura para poder tener un piloto de F1. Caso contrario en España que llegó a tener en su momento a 3 conductores en la parrilla de salida, claro, ninguno como Fernando Alonso.
Y, ¿Porqué menciono todo esto de la F1? Señoras y señores, tenemos a un buen puñado de conductores aptos para la F1, que con garra hacen que un bus de la linea 1, si es que no me falla la memoria, haga un adelantamiento de vertigo en plena Tomás Marsano, a una combi pequeña. Fue la primera vez que vi algo de tal naturaleza y luego llegué a la conclusión de que, la F1 en Lima, se vive a diario. Adelantamientos peligrosos, aceleración de vértigo, fuerza G en su máximo expresión, es decir, las calles limeñas están desperdiciando su oportunidad de convertirse en un circuito más del mundial de Formula 1.
¿Alguien quiere apostar?