sábado, 1 de marzo de 2008

Aeropuerto

- ¡No! Deje, por favor, que yo lleve por última vez sus equipajes.

Dentro están los días que pasamos juntos:
recuerdos que no se quedan en aduana.

- ¡Sólo puede llevar 23 kilos!

¿Acaso 23 kilos son suficientes para que guarde todos los recuerdos?

- Lo siento.

Distribuiré los pensamientos.

Paseemos hasta que realicen la primera llamada a mis lágrimas.
Ya no pisarás este suelo,
¡llévate las huellas para que no extrañes nada y estemos juntos!,
¡llévate el aire incluso!
No, no te vayas, mejor quédate. ¿No se puede? No se puede.
¡No se puede! ¡No se puede!
¡¿Por qué la Necesidad es así?!


“Los pasajeros del alejamiento 005, abordar por la puerta 6”.


Vamos hacia la puerta de embarque.

- No, sólo es un tic en el ojo.

No me dejes dinero, ¡déjate! (si fuese posible).


Tu boarding pass es mi pasaporte a casa para llorar tu partida.

- Sí, sólo es un tic en el ojo.


“‘Aerolíneas del Tiempo’ anuncia la partida de tus lágrimas
con destino: el suelo”.



Es hora de abordar. Abrazo. Fuerte abrazo.
¡Que se incrusten nuestros brazos!
Humedad: 30%: en tu hombro y mejilla, en tu alma y en la mía.

- ¡Sí, lloro!

Y en un segundo transcurre toda nuestra vida.

¡Aeropuerto de emociones llegadas y partidas!

Sonreímos.
Adiós.

Aléjate ya, pero a la vez no.
Anda, pero si puedes de regreso hacia mí.
Ve… ve que está lloviendo en mi capital.
Camina, sólo camina…
hay que saber entender…

Ahora, con la nostalgia procesada,
déjame guardar algunas lágrimas…
para cuando vuelvas…