domingo, 2 de noviembre de 2008

Aunque no lo parezca

Aunque no lo parezca
A Karla Ríos, una amiga especial

Nuestra amistad es especial, medio compleja y borrascosa.

Lo que pasa es que cuando nos encontramos estamos con los labios severos
o con las miradas llenas de incendio,
y nos comportamos como dos niños díscolos sin afecto.
Pero a pesar de ello, llega alguna fecha en que coincidentemente nos encontramos,
y afloran nuestros pasados, presentes y futuros: tiempos verbales de la vida.
Es allí donde me entero de ti.
Es allí donde te enteras de mí.
Es allí donde nuevamente inicia el final de nuestra visita.

Nuestra amistad es especial; así, como lo acabo de decir.

El Triángulo Equilátero hace todo por unirnos,
pero creo que nosotros somos cóncavos de corazón.
¡Qué vamos a hacer… nuestra amistad es especial! ¡Somos así!

Ruego que cuando llegue el día en que los calendarios pierdan su sentido,
nuestras almas se confluyan para:
yo tocar con mi guitarra
y tú cantar con tu dulce voz,
como antes, ¿lo recuerdas?
Ya no rodeados de seudo gente que no aprecia el esfuerzo de niños de colegio con [prodigiosos talentos].
Mas, no juzguemos a todos: siempre hay ángeles entre demonios.

No te digo “te quiero”(a veces suena muy sórdido decir eso en este globo celeste
que paulatinamente es más grisáceo).
No sé si algún día te lo dije, ¿no te lo dije? Te debo una entonces…

¡Nuestra amistad es especial, medio compleja y borrascosa!
Sin embargo, a pesar de todo, ¡yo también te quiero!,
¡aunque no lo parezca!,
como dijiste alguna vez acerca del mismo afecto:
“Aunque no lo parezca…”.