miércoles, 13 de octubre de 2010

Hola Otra vez...

Quizá ya no te acuerdes de mi, mucho menos de mi rostro, de como te conocí, las cosas que pasamos para llegar a este punto. Un punto de no retorno.

La vida ha pasado muy bien desde que ya no te veo. No quiero decir con esto que ahora sea feliz, o más feliz que cuando estuve contigo, pero es inevitable, me enseñaste muchas cosas que ahora hacen que mi vida sea diferente en muchos sentidos.

Ayer me acordé de ti, cuando escuché aquella, nuestra canción. Es gracioso, porque siempre creí que era una canción prohibida, que era una canción que nunca más tendría valor de escuchar de nuevo. Pero mírame, lo hice. Y no me sentí mal, todo lo contrario, fue "bonito" hasta cierto punto. "Bonito," hasta que recordé demasiadas cosas que hicieron que mi cabeza estuviera a punto de explotar. No de felicidad, ni de infelicidad, ni de amor ni de odio, sino de tantos recuerdos que me parecen totalmente irreales para lo que he vivido y sigo viviendo ahora. Es gracioso.

También me acordé de como solías engrandecer mi alma sin yo merecerlo, me engrandecías, sin que yo te lo pida, pero luego, te diste cuenta que hacías mal, muy mal en hacerlo.

Esta carta quizá nunca la leas, porque quizá nunca la publique, o quizá porque nunca te interese leer algo más de esta persona que algún día te hirió, pero que te quiso muchísimo, solo para darse cuenta que hubiera sido mejor haberse encontrado en otro mundo bajo otras circunstancias de la vida.

Algún día me quisiste de verdad?

F.

No hay comentarios.: